jueves, 22 de agosto de 2013


·Días de ensueño

 

Días más tarde fuimos planeando todo para el viaje. Preparando los camellos, el dinero y las reservas. Preparamos una “pequeña” jaima*, la cual llevaría un camello aparte. Cinco días mas tarde ya lo teníamos todo preparado y Tâleb se reunió con los chicos para explicárselo todo. Ellos lo entendieron y poco más tarde le delego los cargos en su  persona de mayor confianza, pidiéndole también que cuidara de sus hijos y que no se movieran del lugar, a no ser que fuera estrictamente necesario. Entonces volverían al anterior lugar en el que estuvieron y se le avisaría con una carta enviada desde la ciudad más cercana. Le dibujó en un papel, donde debía poner la ciudad a la que debía ser enviada y demás. Y tras haber hecho todo lo que debía, montamos en los camellos y emprendimos el viaje. Pasado un tiempo empezamos a contar historias, algunas de ellas bellísimas. Os voy a contar algunas, para vuestro disfrute. Esta primera la conto Tâleb. Me pareció hermosísima!!:                                     

 

                  Kamaralzaman y la princesa Budur

Erase un vez, hace mucho tiempo, existió un rey, poseedor de numerosos ejércitos y de riquezas considerables. Sin embargo la pena le embargaba, pues, a pesar de tener setenta favoritas y cuatro mujeres oficiales, no tenía un descendiente, el cual le sucediera en el trono. Pasado un tiempo, una de sus mujeres le bendijo con un hijo varón, al cual llamo Kamaralzaman, que significa “la luna del siglo” pues era tan bello que parecía un pedazo de luna.

Y eso hubo de comprobarse cuando llego a la adolescencia, pues la belleza había esparcido sobre sus quince años todas las flores que encanta la vista de los humanos. Pero el rey deseaba en extremo ver a su hijo casado, y así

 

 

 

*Jaima: Especie de tienda de campaña usada por los pueblos del desierto

disfrutar de su posteridad. Y un día, que le preocupaba más que de

costumbre, hizo llamar a su hijo. Y este apareció al momento, y tras haberle deseado la paz y de haber besado la tierra entre sus manos con los ojos bajos y en modesta actitud, como cuadra en un hijo sumiso, este se dispuso a escucharle. Este le dijo:

-Oh hijo mío, Kamaralzaman: mucho desearía no morirme sin verte casado, para alegrarme y ensanchar mi corazón en tu boda.

Al joven le cambio el color, y con voz alterada respondió:

-Padre mío, sabes bien que no siento inclinación al matrimonio, y mi alma no tiene afecto a las mueres. Pues tras leer los libros de los he sabido de sus perfidias, por tanto no me gustaría arriesgarme a ser una de las víctimas de estos seres a los que llamáis mujeres.

El rey, aunque lleno de profunda tristeza lo dejo marchar, pues no quería causarle penas. No le volvió a mencionar nada del asunto en todo el día. Le lleno de regalos y le mimo todo el día. De hecho hizo lo mismo durante todo un año. Y pasado todo ese tiempo hizo llamar otra vez a su hijo y la volvió a comentar el mismo tema. Por desgracia recibió la misma negativa que a primera vez. Hizo llamar aparte al gran visir. Y tras contarle sus penas este se puso a pensar. Este le dijo:

-Ten paciencia un año más, y la próxima vez, en vez de hablarlo en secreto reúne a todos los emires visires y grandes de la corte, así como a todos los oficiales de la corte, y entonces declárale de todos tu resolución a casarle. Delante de todos ellos no se atreverá a desobedecerte.

Y le gustó tanto la idea , que al visir le regalo el más bello ropón de honor, y tras ello puso en práctica la idea ofrecida por este. Pasado un año reunió a la asamblea y junto estos a su hijo Kamaralzaman. Y entonces le declaro su resolución a casarle. Y este, creyendo ser atacado por una especie de locura, le dirigió a su padre una respuesta tan violenta que a su padre le hizo estremecerse. Y vista la vergüenza que este le hizo pasar la dijo:

-¡Ahora verás lo que cuesta a los hijos desobedecer a sus padres y no guardarles la consideración debida!.

Y fue entonces cuando mandó a sus guardias, le atasen las manos a la espalda y lo encerrasen en la vieja torre ruinosa de la ciudadela contigua al palacio, donde uno de los guardias se quedó para vigilar al joven, y atender a sus necesidades. Y el joven entristecido, pensando en el dolor que le pudo causar a su padre, se durmió. Sin embargo al lado de aquella torre, se encontraba un viejo pozo el cual servía de habitación a una joven efrita* llamada Maimuna. Esta era hija del poderoso efrit* Domriatt, el jefe principal de los genios subterráneos. Esta joven solía salir, a donde el viento le llevara. Pero ese mismo día vio la luz, que el vigilante había dejado en la habitación del joven Kamaralzaman, y extrañada por ello subió hasta la habitación de joven. Y tras ver al joven, quedo encantada, y pensó que en verdad era lo más  

 

*Efrit/Efrita: Especie de genio árabe quien gozaba en asumir las más diversas formas para dañar al hombre.

bello de las cosas creadas. Y por el miedo de que el joven fuera víctima de uno de los maleficios de los malvados de su especie, se quedó a protegerlo. Pero en ese momento apareció otro efrit, el cual, contradiciendo las creencias de la joven Maimuna, declaraba que aquel joven no era el más bello, pues este decía conocer una joven muchísimo más bella que el joven Kamaralzaman.

Esta se llamaba Budur. La joven Maimuna, sin creerse lo que este le contaba, le pidió que trajera a la joven. Y atendiendo a lo que la joven le pedía le hizo caso. Y tras traerla y tumbarla en la cama junto a Kamaralzaman, observaron y observaron, sin embargo no se decidían, por tanto llamaron a uno más, para que  juzgara cuál de los dos jóvenes era el más bello. Entonces Maimuna dio un golpe en el suelo, y del mismo salió un efrit horroroso cuyo nombre era Kaschkasch, el cual, tras observar el lecho en que dormían los dos jóvenes desnudos. Tal fue a alegría del efrit, tras ver tanta belleza que se puso a bailar. Y a continuación

Kaschkasch juzgo:

-  Me parecen iguales en belleza y tan solo diferentes en sexo. Pero conozco un modo, a través del cual resolveremos. Despertaremos a los jóvenes sucesivamente. Nosotros nos mantendremos invisibles y quien manifieste el amor más ardiente perderá.

Y tras oír esto, pusieron en práctica la idea que Kaschkasch. Despertaron primero a Kamaralzaman, quien tras ver a Budur quedo totalmente enamorado y todo su odio hacia las mujeres desapareció. Y a punto estuvo de despertar a la joven, para hacerla su esposa, pero no lo hizo, pues pensó que sería un plan de su padre para cumplir su deseo de casarle. Lo único que hizo fue darle un beso, y de su mano se quitó un anillo, el cual puso en la mano de su amada. Y de la mano de Budur, también quito un anillo que se puso el. Y después este se durmió. Despertaron entonces a Budur, la cual, encandilada por la belleza del joven Kamaralzaman quiso despertarlo, para casarse con él. Y para ello le beso, en las palmas de las manos una y otra vez, y tras ver que no podía hacer nada, se puso al joven en el regazo, y le rodeo el cuello con los brazos. Y fue así, con una sonrisa en la cara como se durmió la joven Budur. Tras ver esta escena quedo claro quien ganó. A la mañana siguiente el joven Kamaralzaman, se sobresaltó, pues su amada no se encontraba a su lado. Y en ese mismo momento subió el visir. Y

Kamaralzaman, pensando fueron ellos, su padre y el visir, quienes se la llevaron, cogió al visir, al cual maltrató, e interrogo, para conseguir descubrir donde se encontraba su amada. Y este sin saber qué hacer, le mintió, diciéndole que tal secreto se encontraba bajo pena de horca. Y así fue como pudo escapar el visir de las manos del joven. Y corriendo fue hasta el rey, el cual, tras verle en tal estado, le pidió que le explicase lo ocurrido. Este se lo contó todo, y el rey schahramán, sin creérselo, fue corriendo a ver a su hijo. Pero este le contó lo mismo. Y Kamaralzaman, entristecido, por estar enamorado de una desconocida, se fue a su cama a llorar, acompañado por su padre. En cuanto a Budur, al despertarse y no encontrar a su amado, dio un agudo grito, con el que hizo acudir a todas las mujeres que se ocupaban de su cuidado. La joven exigió se le dijera donde estaba su amado. Y estas,

la creyeron presa de una locura. Budur, enloquecida, cogió una espada que se encontraba en la pared de su habitación, y se abalanzo sobre las mujeres para atravesarlas. Y horrorizadas, se fueron corriendo hacia los aposentos del rey. Y la nodriza y las otras diez mujeres le explicaron al rey lo ocurrido. Y el rey, preocupado fue corriendo a la habitación de su hija. Y la pobre joven, entristecida, se rasgó la camisa y empezó a darse de bofetadas. El rey mando que la ataran para evitar que se hiciera daño. Y el rey desesperado, reunió a todos los sabios, médicos, astrólogos, drogueros y versados en los libros antiguos y les dijo:

- Mi hija se encuentra tal situación. Al que consiga curarla se la daré por esposa. Pero al que no lo consiga se le cortara la cabeza.

Y esto se pregono por todo el imperio. Muchos lo intentaron, y ninguno lo consiguió. Y la gente, por miedo a que le cortasen la cabeza lo dejó de intentar. Un día, el hermano (de leche) de la joven Budur, fue a hacerle una visita. Este escucho la historia de su hermana, y tras de ello se comprometió a buscar a su enamorado. Pasados meses, al fin encontró a Kamaralzaman. Y tras conocerle, le dijo que conocía a su joven amor, y que lo levaría junto a ella. Pasados unos meses emprendieron el viaje. Una vez llegaron al lugar, Marzauán (hermano de Budur), la contó a Kamaralzamán la promesa del rey, y este, tras reponer fuerzas, fue corriendo al palacio haciéndose pasar por un astrologo. Y Kamaralzamán, le dijo al eunuco, que la curaría sin verla, pero este no le creyó. Kamaralzamán, sin entrar en la habitación, le escribió una nota, explicándole quien era y demás, y junto con la carta, puso el anillo. Entonces le pidió al eunuco que se la diera. Y Budur, fue corriendo hacia su amor. El eunuco, impresionado, fue corriendo, a contárselo todo al rey, el cual quedó fascinado por el relato. Y viendo a su hija, feliz y curada, la casó con Kamaralzamán. Y se celebraron fiestas durante siete días y siete noches. También, para que ninguno de los dos padres sufriera quedó escrito, que pasarían seis meses en cada uno de los reinos.

jueves, 1 de agosto de 2013



.A la mañana siguiente…

 

A la mañana siguiente desayune y me dirigí directamente a la tienda de Tâleb, quien me estaba esperando tranquilamente sentado. Me acerque y me senté junto a  él. El me entregó un papel escrito con los trabajos que me había asignado. Los habitantes del pueblo me ayudaron, (vaya, que majos). Así pasaron semanas. Con la ayuda de la gente fui mejorando hasta poder hacer los trabajos yo sola. Ya parecía una más, poniendo cada día mi granito de arena. Tras pasado poco tiempo Tâleb se casó y tuvo hijos, para los cuales fui como una más de la familia. Por ello empecé a vivir con ellos. Era como una más. Por desgracia, pasado el sexto cumpleaños de sus hijos, la mujer de Tâleb murió por una picadura de escorpión, lo cual dejó hecho trizas a Tâleb, pues la quería mucho. Todavía recuerdo aquellas muestras de afecto hacia su mujer. Que bello era ver eso. Pero por otra parte me sentía mal, pues yo no era correspondida. Sí, es lo que insinúo. Yo amaba a Tâleb con toda mi alma, pero si quieres a una persona debes dejarla seguir con su vida. Yo pienso que si amaba a otra persona y así era feliz no debía interponerme. Pero su mujer había muerto… ¿y si el me amaba? Nunca le dije que le amaba…¡Tal vez me correspondía¡. Pero solo eran pensamientos de niña tonta. ¡Cómo me iba a amar¡. Tras la muerte de Zahia, la mujer de Tâleb, más o menos unos días tras el terminó del luto de Tâleb a su mujer me llamó. Aprovechó un día en el que los niños no se encontraban en casa, pues esto para él era muy personal. Por lo visto necesitaba desahogarse hablando conmigo. Al llegar me senté y empezó a hablar hasta que se desahogó. Hubo un momento de silencio. Y fue entonces cuando le dije:

-No puedo seguir aquí.

-Pero, no entiendo. ¿Por qué?-Me preguntó Tâleb.

-Te amo. Cada vez que te veo el corazón se  me acelera y me siento genial, pero, al recordar que no soy correspondida se…

Tâleb me besó. Fue el beso más maravilloso que recibí en toda mi vida. Entonces me dijo:

-Te empecé a amar desde el primer momento en que te vi. Pero temía no ser correspondido.

Tenía gracia, que sintiéramos lo mismo, y no confesáramos nuestros sentimientos por el mismo motivo. Y gracias a dios que los niños esa noche no se quedaban en casa, pues Tâleb y yo nos enzarzamos en un armonioso baile llamado amor, lleno de caricias y besos, y de las más dulces promesas. Esa mañana me levanté temprano, y Tâleb también. Él se puso su ropa habitual para dormir, puesto que yo debía traer a los niños de vuelta, y no podían verle así. Yo me vestí con la ropa de dormir y fui a recoger a los niños, que ya estaban listos para volver a casa. Nos quedamos despiertos, y Tâleb me preguntó:

-¿Te quieres ir? No soportaría la perdida del amor de mi vida.

-Ten en cuenta a mi familia. ¿Cuantos años hace que no los veo? Ya pensaran que estoy muerta.

- Te dejare marchar, con una condición. Me debes llevar contigo. Quiero conocer a tu familia.

-Pero el viaje es largo. ¿Estás seguro?

-Por completo.

                                                  

jueves, 18 de julio de 2013


 
 
   
    .El Jinete
 

 
 Pero ese fue mi día de suerte, pues después de unos minutos oí el galopar de un caballo. En ese momento una ráfaga de esperanza me golpeo.  Un blanco corcel paró ante mí y su jinete me invitó a subir. Pensé: ¿Será un espejismo?, pero al parecer no lo era. La voz del jinete resonó en mis oídos:

-Te llevaré a mi campamento, yo te acogeré.

Después de unas horas llegamos al campamento, y al parecer era el jefe de ese campamento aparentemente árabe.

Mientras el amable hombre me ofrecía algo de comida y agua, yo murmuraba sorprendida:

-Imposible, es imposible que este aquí, y si estoy aquí, ¿como habla el mi idioma?

Le pregunte tímidamente quien era, y, como sabia hablar mi idioma:

-Me llamo Tâleb. Mi padre sabía hablar español, y me lo enseño, por si había necesidad de usarlo alguna vez.

Aquel hombre, era robusto, con la mirada firme pero tranquilizadora. Era bastante alto con la tez y el cabello morenos. Sus ojos eran marrones,

Como chocolate negro derretido. Me resultaba bastante atractivo.

Vestía una túnica blanca, y un turbante negro que se quito al entrar en su tienda.

Aún me acuerdo de cuando llegue al campamento. Todos me miraban como diciendo, “¿que hace esta pelada aquí?” y claro, no es normal ver a una tía de navarra con traje de oficina casi del todo roto en pleno desierto. Parecía una indigente a la que habían despedido hace poco, y que además se le había acabado la pasta. Estaba horrorosamente mal. Doy gracias a dios de que me habían encontrado. Bueno, vamos a la historia que es lo que interesa. El caso es que cuando llegue  me ofreció comida y bebida y después ropa para cambiarme. Una de las familias del campamento me dio cobijo. La segunda noche me sentía incapaz de dormir. Ya eran altas horas de la noche, y se me ocurrió salir a  dar un paseo nocturno. Lo primero que vi fue al pobre Tâleb llorando la luz de la luna y las estrellas, así que me acerque para intentar consolarle:

-¿Porque lloras?

-No quiero aburrirte con historias que no interesan a nadie.-me respondió entre sollozos.

- Tú me ayudaste cuando creí que iba a morir, ahora me toca apoyarte.-le dije-

Además, te debo una. Desahógate, que yo te escucho.

-Mi padre murió hace tres días. No me siento capacitado para dirigir a mi pueblo.

-Estoy un poco estresado y tenso. Mi vida es mucho más difícil ahora y me siento

indefenso ante esta situación. Necesito ayuda…

-Yo  te puedo ayudar si quieres.   

- No creo que puedas.

- Haré todo lo que pueda para ayudarte.

-Muchas gracias Amanda. Quedamos mañana en mi tienda. Te asignare algunos trabajos para ayudarme. Ahora a dormir, que mañana va a ser un día duro.-dijo entre sollozos-.

- Vale. Adiós Tâleb.

- A, y Amanda…gracias por ayudarme. Tengo suerte de conocerte. Eres una buena amiga.

Los dos esbozamos una tímida sonrisa en nuestros rostros. Cuando volví  a la tienda de la familia que me acogió me sentí tranquila, a gusto conmigo misma,
y eso me hizo dormir mas tranquilamente.

miércoles, 17 de julio de 2013

                          Presentación

Saludos. Mi nombre es Alba y cree este blog con el fin de liberar toda mi imaginación para el disfrute de los lectores de mi blog. Espero que lo disfrutéis. :D




   · Una tarde lluviosa…

 

Era una tarde lluviosa y mi madre me iba a llevar al colegio. Mientras miraba a la ventana pensaba lo desolado que estaba todo, en lo oscuro y lo solitario que estaba todo cuando mi madre me dice:

 -Amanda, vámonos que llegamos tarde al colegio!!!.

Obedecí a mi madre, me puse la chaqueta, cogí el paraguas y me puse la mochila a la espalda. Al llegar al colegio le di un beso a mi madre me despedí de ella y me fui con mis amigas, que como siempre, me esperaban a la entrada del colegio. Mientras subía las escaleras, hablaba con mis amigas y me divertía haciendo tonterías. Cuando llegue a mi clase que es 6º B salude a mi profesora Laura, como todos los días. Ella me respondió: -Hola Amanda. Venga todos,

a sentarse que empieza la clase. Es la rutina que me esperaba del lunes al viernes. Es un pequeño recuerdo, pero no es el único, tengo recuerdos preciosos que me hicieron saber mas de diferentes lugares que ahora me recuerdan bellísimos momentos de mi infancia. Recuerdo aquella semana que pasé en Peñiscola. Fue una bellísima semana que me recuerda lindos momentos de juegos, de preciosos paseos por aquellas calles que me cautivaban, con luces de colores, sabores nuevos y esculturas de arena preciosas que hacían que la gente se parara a contemplarlas o a sacarles fotos. Aquel recuerdo me enternece, sobre todo porque se que aquellas vacaciones eran y serán inolvidables. También recuerdo aquellos veranos en la piscina que yo disfrutaba con amigos y familia. Jugábamos y reíamos, allá, en la piscina de Ansoain. Estos solo serán pequeños recuerdos que no importaran para el que lea esto, pero para mi son pequeños tesoros bellos e inolvidables,  pequeños recuerdos que nunca olvidare. Sin embargo, escribo esto para compartir con vosotros, lectores, el mas maravilloso de mis recuerdos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

       Era un día…

 

 

Era un día como cualquier otro. Me desperté, desayuné, me lavé los dientes, me arregle y cogí mi bolso para ir al trabajo. Una vez llegue a la oficina salude a mis compañeros como de costumbre y me fui a mi despacho. Después de trabajar cogí mis cosas dispuesta a irme. Me fui bastante tarde, a las 21:00 exactas, pues tuve que trabajar más de lo normal, y puesto que mis compañeros salían a las 20:00, no había nadie en la oficina. Nada mas salir de la oficina alguien me cogió por detrás. Asustada, me dispuse a salir corriendo, pero me tenía agarrada de los brazos. Una voz, casualmente conocida para mí me dijo:-no te preocupes, no te haremos daño. La voz me dijo:-cierra los ojos. Yo atemorizada y paralizada por el miedo le hice caso y los cerré.  Alguien más iba con el, puesto que mientras la persona de voz extrañamente conocida me agarraba la otra me vendaba los ojos por detrás. No espera!!!…vagamente recuerdo el sonido de dos motores que llegaron después de que me atraparan y estoy segura de que eran camionetas, pues después de vendarme, me subieron a un vehículo que pude tocar con un dedo. Por su largura y puesto que oí dos motores supuse que serían dos camionetas. Al pasar al lado de la primera camioneta oí mas de una voz, así que supuse que sería una banda, pero… ¿Qué tenían contra mí? Yo no tenía enemigos ni gente que quisiera vengarse. Era una mujer amable, con buen corazón que nunca hizo daño a nadie, luego… ¿Qué querían hacer con migo?, no lo entendía. Pasé dos meses viajando en esa camioneta que olía a cuadra y otros dos meses viajando en un avión con un mísero desayuno, al igual con la comida y la cena. Luego me volvieron a trasladar del avión a una nueva camioneta, donde tuve tiempo de planear la escapada perfecta. Conté las paradas que eran siempre las mismas a la misma hora. Al cuarto día, a la hora de comer me abalance hacía la puerta, tire al suelo a los bandidos y conseguí escaparme. Me fui corriendo sin parar un solo momento y cuando conseguí perderlos de vista me pare a descansar, y me di cuenta de que estaba en medio de un desierto. Me senté esperando a que ocurriera un milagro, pero nada. Estuve vagando nueve días y nueve noches, y os preguntareis…¿como sobrevivió nueve días y nueve noches sin comida ni agua? Durante mi viaje de vez en cuando escarbaba en busca de agua o me paraba en pequeños oasis que me encontraba por el camino. Aquel lugar me extrañaba, ¿donde estaba?. Al noveno día, exhausta de andar, me pare y me eche en la arena.
Ya no temía a la muerte.